Tengo la suerte de estudiar escuelas muy ricas. El trabajo de los profesores y maestros con quienes he ido dando es inmenso, y además no se lo guardan. Esto ha dejado un poso considerable en mi forma de trabajar, de entender el arte marcial y de afrontar su didáctica, no sólo para mis alumnos, sino también para mí mismo.
Ahora bien, muchas veces me he sentido desbordado por la cantidad de trabajo a asimilar. Y eso que yo trabajo dando clases, lo que me permite dedicar más tiempo del habitual a refrescar lo aprendido. Por tanto, entiendo bien que quien no tiene posibilidad (o ganas) de echarle horas por su cuenta se frustre porque ve que "no llega" o incluso no consigue retener el trabajo. La situación es aún peor si tenemos en cuenta los plazos que, se supone, corresponden a la progresión establecida. El resultado es el desánimo.
¿Cuál es la solución a este problema? ¿Renunciamos a un trabajo tan amplio y rico haciendo simplemente un resumen? ¿Alargamos hasta el infinito los tiempos de permanencia el en grado hasta que se domine el programa? Y, atención, el mayor problema es que ¡¡¡seguimos investigando!!! Lo que significa que la cantidad de trabajo sigue creciendo... Y así debe ser. Es decir, el trabajo debe enriquecerse siempre.
Por hoy basta con plantear el problema. Otro día vemos posibles soluciones.
Por hoy basta con plantear el problema. Otro día vemos posibles soluciones.