Presentación

Bienvenidos. Este blog pretende ser un pequeño cuaderno donde recoger las reflexiones a las que me conducen mis experiencias en clase y mis investigaciones personales, tanto dentro como fuera de los tatamis.

¿Qué tatamis? Pues soy profesor de Karate, Kobudo y Aikido, de manera que será por aquí por donde empecemos. Pero lo que no puedo decir es dónde terminaremos, ya que cuando se tira de un pequeño hilo al final uno puede encontrarse con una manta enorme.

¿Qué pretendo con el blog? Simplemente formular ideas, ordenarlas y, ya que estamos, compartirlas. Si a alguien le sirven (además de a mí), genial.

Adelante, y espero que lo disfrutéis.

jueves, 26 de febrero de 2015

Sobresaturación (I)

Tengo la suerte de estudiar escuelas muy ricas. El trabajo de los profesores y maestros con quienes he ido dando es inmenso, y además no se lo guardan. Esto ha dejado un poso considerable en mi forma de trabajar, de entender el arte marcial y de afrontar su didáctica, no sólo para mis alumnos, sino también para mí mismo.

Ahora bien, muchas veces me he sentido desbordado por la cantidad de trabajo a asimilar. Y eso que yo trabajo dando clases, lo que me permite dedicar más tiempo del habitual a refrescar lo aprendido. Por tanto, entiendo bien que quien no tiene posibilidad (o ganas) de echarle horas por su cuenta se frustre porque ve que "no llega" o incluso no consigue retener el trabajo. La situación es aún peor si tenemos en cuenta los plazos que, se supone, corresponden a la progresión establecida. El resultado es el desánimo.

¿Cuál es la solución a este problema? ¿Renunciamos a un trabajo tan amplio y rico haciendo simplemente un resumen? ¿Alargamos hasta el infinito los tiempos de permanencia el en grado hasta que se domine el programa? Y, atención, el mayor problema es que ¡¡¡seguimos investigando!!! Lo que significa que la cantidad de trabajo sigue creciendo... Y así debe ser. Es decir, el trabajo debe enriquecerse siempre.

Por hoy basta con plantear el problema. Otro día vemos posibles soluciones.

martes, 10 de febrero de 2015

De técnica, organización y sentido común

Este fin de semana lo he pasado en Castellón, disfrutando de un curso de Claude Pellerin... Cuando el frío permitía disfrutar.

El maestro, muy bien, en lo técnico y en lo personal. El ambiente, muy agradable. No por el frío, sino por la calidez humana.

Pero no se me escapa una observación que enlaza con las últimas entradas que publiqué, y se refiere a la manera de distribuirse en el tatami para trabajar: resulta interesante situarse de manera que no estorbemos a los compañeros, ni los compañeros a nosotros. Y eso tiene que ver con qué movimientos vamos a ejecutar: si vamos a proyectar a un compañero, lo adecuado es vigilar en qué dirección lo vamos a hacer, de manera que no vaya a caer contra una pared, o fuera del tatami, o en el espacio de otra pareja (lo que incluye el espacio que necesita la otra pareja para caer). De modo que todo el mundo debería situarse con la misma orientación y proyectando en el mismo sentido para que todos caigan en la misma dirección (preferentemente, hacia fuera del tatami).

Respecto de la "técnica" que menciono en el título, me refiero a la limpieza técnica que lleva a ocupar el menor espacio posible. Es, por lo menos, una muestra de respeto hacia los demás no invadir su espacio con objetos peligrosos que no deberían estar ahí. Cargar el bokken con la punta cayendo por detrás de la cabeza, o hacer un kiri-gaeshi de molinete pone en riesgo a los practicantes que tenemos alrededor, además de ser gestos técnicos incorrectos. Y lo mismo ocurre con otras armas (bo, nunchaku, sansetsukon...), o cuando en un trabajo libre invadimos el espacio de los demás con el compañero: estamos poniendo en riesgo a los demás, demostrando sólo egoísmo y/o falta de capacidad técnica.

Y lo peor es cuando ni siquiera somos conscientes...