Ésta no es una entrada al uso de las que suelo hacer. Es más bien la reseña de un seminario de defensa personal que impartimos el pasado 25 de marzo.
Una clase con una acogida excepcional, que en principio iba a durar tres horas y que luego hubo que ampliar porque se nos hicieron cortas. Tuvimos la suerte, además, de contar entre los invitados con un grupo de amigos de hace tiempo que tuvieron a bien venirse a jugar con nosotros, desplazando hasta el dojo Kimura su habitual entrenamiento de los sábados.
El trabajo se centró en tres pilares básicos: la "escucha" o adaptabilidad al momento y circunstancias en que nos encontramos, la naturalidad y la sencillez de gestos y planteamientos. El resultado, un trabajo asequible del que, es al menos mi sensación, todo el mundo se llevó algo de provecho.
Un aspecto a resaltar es que los asistentes no se creyesen que lo que habían estado practicando durante tres horas largas fuera Karate. Creo que es algo que los karatekas debemos hacernos mirar: si en un grupo de cerca de treinta personas, pongamos que veinte no habían hecho Karate antes y han salido contentas de la experiencia, pero abiertamente reconocen que si el curso se hubiera titulado "Karate" o algo similar no hubieran probado... Algo hay en la imagen que se ha transmitido del Karate que no nos lleva a ningún lado bueno.
Para finalizar, agradecer a todos los asistentes su presencia en el curso. Lo pasamos genial. Agradecer también a la dirección del dojo Kimura la cesión del espacio. A Esther, por el estupendo vídeo que se ha currado...
Y prometer que habrá más. Concretamente, uno al mes, o cada dos meses a lo sumo. Ah, y se aceptan sugerencias sobre los temas a tratar, así que, con confianza.