Presentación

Bienvenidos. Este blog pretende ser un pequeño cuaderno donde recoger las reflexiones a las que me conducen mis experiencias en clase y mis investigaciones personales, tanto dentro como fuera de los tatamis.

¿Qué tatamis? Pues soy profesor de Karate, Kobudo y Aikido, de manera que será por aquí por donde empecemos. Pero lo que no puedo decir es dónde terminaremos, ya que cuando se tira de un pequeño hilo al final uno puede encontrarse con una manta enorme.

¿Qué pretendo con el blog? Simplemente formular ideas, ordenarlas y, ya que estamos, compartirlas. Si a alguien le sirven (además de a mí), genial.

Adelante, y espero que lo disfrutéis.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Entrar por la forma y salir de la forma (II)

Ahora bien, ¿qué tiene que ver esto con el título de la entrada? Funakoshi insistía en que al Karate había que llegar a través de la forma para luego salir de la forma, y Mabuni consideraba que, al estudiar katas, uno de los puntos fundamentales a tener en cuenta era la variación en las técnicas (es decir, cómo se ejecuta en tal kata un gesto que formalmente se parece a otros, pero cuyos matices nos dan pistas sobre lo que el gesto esconde). Aquí es donde quería yo llegar: el kihon es un modelo de ejercicio que enseña gestos eficientes, pero también, y sobre todo, unos conceptos que permiten, una vez asimilados, romper con la forma sin perder la eficacia del gesto, así como emplear gestos parecidos (visualmente el mismo) de manera diferente en función del concepto manejado.

Esto nos permite entender varias cosas:

1) El kihon es un trabajo de principios a través de la forma, y no una recopilación de todas y cada una de las posibilidades técnicas que la forma ofrece. Esto son variaciones sobre el kihon, y exceden en mucho lo que es un "resumen de principios".

2) Las variaciones sobre el kihon hacen que aparezcan los mismos principios (prácticamente las mismas aplicaciones) en diferentes katas bajo apariencias formales diferentes: diferentes líneas o maestros plasman en sus katas ideas muy similares con "palabras" diferentes.

3) De la misma manera, como podemos fijarnos en el principio o en el gesto formal que lo evoca, la interpretación de cada gesto y su significado son múltiples sin que exista una "interpretación verdadera"... La aplicación "buena" es toda aquella que tenga sentido y funcione bien. Por eso se insistía antiguamente en tener pocos katas pero bien trabajados, es decir, desarrollados hasta el límite de sus posibilidades.

4) Y, en este mismo sentido, los gestos no son unívocos. Hay componentes en el trabajo que exceden la aplicación directa, tal cual, al combate, y que corresponden simultáneamente a diversos planos: información técnica (kihon o variaciones sobre el mismo), información estratégica, educación física o preparación física, además de la "colección de técnicas" de defensa personal. Es decir, que el kihon no es una gimnasia, pero puede utilizarse como tal, siempre que no se pierdan de vista los aspectos más importantes de su trabajo.

viernes, 21 de noviembre de 2014

Entrar por la forma y salir de la forma (I)

Hace un par de semanas, en Valencia, insistía Pascal Krieger en la importancia del kihon para poder progresar en el Arte Marcial. Esto es algo que se da por sabido, y en lo que siempre se insiste, casi por tradición... Pero en esta ocasión ha calado de manera especial el mensaje. Quizás se me ha encendido una suerte de lucecita, no sé si por la manera de transmitir el mensaje, o porque he conseguido vislumbrar cómo encajan las piezas del puzzle.

Señalaba, por ejemplo, que muchas veces se confunde la práctica del kihon con una suerte de calentamiento, y se descuida por tanto el trabajo de detalle que permite ahondar en los fundamentos técnicos  del arte (que es lo que significa el término kihon). Y tampoco es un compendio de todas las posibilidades técnicas que ofrece el arte. Kihon es la base.

El estudio del kihon debe ser una práctica seria, consciente y perfeccionista. La potencia nacerá del gesto correctamente ejecutado. La intensidad tiene que ver con la capacidad de implicarse vitalmente en el trabajo (volcar el corazón y la mente en cada repetición), y por tanto es independiente de la velocidad o la fuerza, quedando más ligada a la intención y la atención. Por último, la velocidad llegará con el tiempo, cuando el trabajo se ejecuta limpiamente. Se eliminan las prisas (que ya se sabe que no son nunca buenas) y se preparan las condiciones para un recorrido mucho mayor.

Estas reflexiones no se refieren sólo al trabajo en solitario, sino también al trabajo por parejas, donde ponemos a prueba la corrección del trabajo "al aire" y estudiaremos nuestro sentido de la distancia y del tiempo. Y esto nos prepara para el estudio del kata (que en ciertas Artes Marciales son por parejas), donde trabajamos la atención, la capacidad de percibir al otro y de transmitir sensaciones.

jueves, 13 de noviembre de 2014

El momento decisivo

Diariamente tomamos muchas decisiones. Unas sencillas, otras no tanto. Todas merecen un momento de reflexión para asegurarnos de que se trata de la decisión correcta.

Eso sí, esta reflexión no puede ser eterna, ya que una decisión tomada tarde es siempre una mala decisión. Reza el proverbio que "hay tres cosas que nunca vuelven atrás: la flecha lanzada, la palabra pronunciada y la ocasión perdida".

En combate, esta distancia en que se toma la última decisión, en que si voy, voy con todo, y si no, me retiro, se llama chika-ma, y se refleja en los katas de las escuelas antiguas por una pausa, quizás de "tensión dramática", que representa esta última consideración. Es el punto donde Manolo nos insistía en que "ahí no me quedo: o pego, o me voy". Aunque insisto: decisión, pero sin precipitación.

No hace falta irse a Oriente para encontrar esta idea: es una práctica que aquí también tenemos. Lo llamamos "contar hasta diez"...