Presentación

Bienvenidos. Este blog pretende ser un pequeño cuaderno donde recoger las reflexiones a las que me conducen mis experiencias en clase y mis investigaciones personales, tanto dentro como fuera de los tatamis.

¿Qué tatamis? Pues soy profesor de Karate, Kobudo y Aikido, de manera que será por aquí por donde empecemos. Pero lo que no puedo decir es dónde terminaremos, ya que cuando se tira de un pequeño hilo al final uno puede encontrarse con una manta enorme.

¿Qué pretendo con el blog? Simplemente formular ideas, ordenarlas y, ya que estamos, compartirlas. Si a alguien le sirven (además de a mí), genial.

Adelante, y espero que lo disfrutéis.

lunes, 10 de octubre de 2016

Marcialidad mal entendida (II)

Segundo ejemplo. La clase

Lo he visto en varios sitios, pero me voy a restringir a mis propias clases, a mis propias experiencias y a mis propios alumnos. Sobre todo porque, al ser asistentes habituales de mis clases, el nivel experiencial con ellos es muy superior, y me permite quizás un análisis más fino.

El escenario: estamos estudiando una técnica concreta, o a veces ni siquiera una técnica sino un ejercicio. Un compañero le exige a otro que le ataque más fuerte o más rápido. Suelen llamarlo "más real".  No han tenido tiempo de asimilar el ejercicio, ni en forma ni en fondo. Así, ocurre que no obtienen el resultado esperado. Otra variante es que decide atacar "más real" al compañero sin haber testado previamente su nivel de habilidad para este trabajo concreto.

Y, dado que no ha habido tiempo para asimilar el trabajo propuesto, bajo presión no puede salir bien. Porque no está integrado en el cuerpo. Y lo peor es que esta actitud es fuente de accidentes y lesiones.

Ojo, que sí es necesaria la intensidad suficiente para que llegue a darse un proceso adaptativo a nivel neuromuscular (vía estrés). Pero querer correr antes de haber aprendido a caminar no suele llevar a buenos resultados...

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