Presentación

Bienvenidos. Este blog pretende ser un pequeño cuaderno donde recoger las reflexiones a las que me conducen mis experiencias en clase y mis investigaciones personales, tanto dentro como fuera de los tatamis.

¿Qué tatamis? Pues soy profesor de Karate, Kobudo y Aikido, de manera que será por aquí por donde empecemos. Pero lo que no puedo decir es dónde terminaremos, ya que cuando se tira de un pequeño hilo al final uno puede encontrarse con una manta enorme.

¿Qué pretendo con el blog? Simplemente formular ideas, ordenarlas y, ya que estamos, compartirlas. Si a alguien le sirven (además de a mí), genial.

Adelante, y espero que lo disfrutéis.

jueves, 29 de enero de 2015

Protocolo (I)

Cuando proyecté el blog, una de las entradas que tenía pensadas era sobre la etiqueta (o el protocolo, llamémoslo como queramos) en Artes Marciales. Quería explicar a quienes olvidan su importancia que no es una cuestión simplemente estética, ni la mera herencia folclórica una sociedad militarizada.

Aunque la mayor parte de los gestos y principios del protocolo están directamente relacionados con lo militar (quizás sería bueno recordar qué significa marcial), por norma general tienen más que ver con garantizar una práctica segura para todos que con marcar diferencias entre el profesor y los alumnos o entre alumnos de distintos grados. Incluso cuando esto ocurre, es más por la seguridad general que por "marcar el territorio". Veamos algunos ejemplos:

1) Pedir permiso para entrar en la zona de entrenamiento (o salir de ella).

Cuando hay gente trabajando hemos de tener en cuenta que está (o debería estar) concentrada en lo que hace, y no tiene por qué estar atenta a elementos ajenos al momento de su entrenamiento. Por tanto, para evitar accidentes (sobre nosotros o sobre alguien que está entrenando), es recomendable esperar a que se creen un espacio y una pausa en el trabajo. Y es el profesor quien se encuentra en una posición privilegiada (por atención al entorno) para decidir cuál es el mejor momento para que alguien que entra se incorpore al trabajo.

2) Saludar al compañero al principio y al final del trabajo.

Más allá de la cortesía, es una manera de marcar que estamos listos para trabajar, y por tanto nuestra atención está centrada en el trabajo.

3) Atender a las explicaciones sentados (y con las armas bajas y controladas)

Además de mejorar la atención y permitir que puedan ver los demás compañeros (puede haber bastante gente, y si los de delante no se sientan, los de detrás no ven), atender sentado dificulta los accidentes... Por el mero hecho de que, estando quietos, es difícil provocar una catástrofe. En el mismo sentido, las armas se mantienen recogidas y bajas, ocupando el menor espacio posible.

4) Beber agua

A veces puede ser necesario hidratarse durante la clase (generalmente no tanto como para no poder aguantar al final de la misma, que esto también enseña cosas de orden mental). En este caso, se pide permiso al profesor (ver apartado 1), y él nos dejará salir cuando estime oportuno. Pero no se introducen botellas de agua en clase: se puede derramar, y si el tatami es absorvente se generarán olores desagradables, o si es impermeable, se convertirá en una pista de patinaje bastante peligrosa.

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