Presentación

Bienvenidos. Este blog pretende ser un pequeño cuaderno donde recoger las reflexiones a las que me conducen mis experiencias en clase y mis investigaciones personales, tanto dentro como fuera de los tatamis.

¿Qué tatamis? Pues soy profesor de Karate, Kobudo y Aikido, de manera que será por aquí por donde empecemos. Pero lo que no puedo decir es dónde terminaremos, ya que cuando se tira de un pequeño hilo al final uno puede encontrarse con una manta enorme.

¿Qué pretendo con el blog? Simplemente formular ideas, ordenarlas y, ya que estamos, compartirlas. Si a alguien le sirven (además de a mí), genial.

Adelante, y espero que lo disfrutéis.

lunes, 21 de marzo de 2016

Yudansha

En la última entrada hablábamos de las marcas externas de nivel, y decíamos que no son necesariamente representativas de la capacidad de la persona. Maticemos: representan unos mínimos. El problema es que estos mínimos van a variar entre los diversos grupos (federaciones, asociaciones, dojos independientes...), en función de la orientación de la práctica.

Desde mi perspectiva como profesor, un cinturón negro supone no tanto una perfección técnica, una condición física o unas ciertas habilidades, sino, por encima de ello, un conocimiento del cuerpo humano, un conocimiento suficiente de las bases técnicas, y control físico y emocional. Y esto es lo que le pido a mis alumnos antes de mandarlos a convalidar su grado en la organización correspondiente.

El conocimiento del cuerpo, tanto a nivel estructural como funcional, permite afinar la técnica y plantear los propios entrenamientos aprovechando al máximo nuestro potencial y evitando lesiones. En esta categoría se incluyen también nociones de primeros auxilios, ya que no debe haber accidentes en el dojo, pero "por si los hay"... Mejor tener y no necesitar, que necesitar y no tener.

El conocimiento de las bases técnicas se refiere a la comprensión de por qué una técnica es como es y qué hace que funcione. Debe ir acompañado de la destreza para ejecutarla con solvencia, pero es la comprensión la que marca el grado. Y la diferencia de grado consiste en la profundidad de esta comprensión, lo que permite manejar conceptos de una calidad cada vez mayor.

De estos dos aspectos se desprende que el cinturón negro se hace responsable de su aprendizaje con unas herramientas que lo dotan de una cierta independencia para empezar a encontrar su propio trabajo.

El control permite trabajar con potencia y soltura evitando los accidentes, así como ser capaz de manejar situaciones de estrés (nervios, miedo, frustración...). Trabajar públicamente bajo la supervisión de un tribunal para ser juzgado, o realizar el examen con desconocidos serían dos ejemplos de control emocional en situaciones perfectamente transferibles a la vida cotidiana, donde tratar con extraños y ser evaluado de una forma o de otra es lo más habitual.

Esta última es la característica que pone al estudiante en el camino del profesor, o al menos lo habilita como un buen senpai.

No hay comentarios:

Publicar un comentario