Presentación

Bienvenidos. Este blog pretende ser un pequeño cuaderno donde recoger las reflexiones a las que me conducen mis experiencias en clase y mis investigaciones personales, tanto dentro como fuera de los tatamis.

¿Qué tatamis? Pues soy profesor de Karate, Kobudo y Aikido, de manera que será por aquí por donde empecemos. Pero lo que no puedo decir es dónde terminaremos, ya que cuando se tira de un pequeño hilo al final uno puede encontrarse con una manta enorme.

¿Qué pretendo con el blog? Simplemente formular ideas, ordenarlas y, ya que estamos, compartirlas. Si a alguien le sirven (además de a mí), genial.

Adelante, y espero que lo disfrutéis.

martes, 3 de marzo de 2015

Sobresaturación (II)

Hablábamos el otro día sobre la desmesurada carga de trabajo que conllevan algunos programas de estudio en Artes Marciales. Mencionamos los tiempos para asimilarlo (para "pasar de grado") y las sensaciones de agobio que produce la relación entre cantidad de trabajo y tiempo para madurarlo. Y una nuestras opciones era reducir el programa.

No me parece la mejor opción. Como en la enseñanza reglada (Primaria, ESO, Bachillerato y Universidad), nunca trae nada bueno dejar que el alumno pierda materia por el camino. Pero una cosa es la materia que se haya visto y trabajado, y otra distinta es qué deba retenerse para los exámenes. Explicado de otro modo: aprendemos a leer y escribir desde Primaria, pero a nadie se le exige que memorice cada frase utilizada como ejemplo. Son simplemente modelos de práctica, y es el profesor quien los tiene que conocer y controlar o elaborar. Al alumno se le pide que sepa aplicarlos. Sobre todo porque es poco probable que fuera del colegio nos sirvan de mucho las frases My father is poor, but my tailor is rich, o Mi mamá me mima. Lo que sí nos sirve es lo que estas frases nos enseñan.

Así, volviendo al dojo, cargar al alumno con un exceso de trabajo memorístico (katas, hojoundos, kumiwazas... que "saberse") se traduce con seguridad en agobio o desánimo, y en una falta de aplicación práctica de los principios (bunkai y trabajo de parejas más intuitivo), ya que el tiempo invertido en memorizar una serie de gestos se le quita al trabajo de puesta en práctica de lo aprendido.

Por tanto, una idea importante es distinguir, como profesor, qué es lo que el alumno puede trabajar (cuál es el trabajo adecuado al nivel), qué debe trabajar (qué tiene que haber visto y trabajado) y qué debe saberse (el trabajo a memorizar y automatizar). Esto marca una diferencia clara entre el tipo de conocimiento del profesor y el del alumno, abre puertas a ampliar el temario de quien pueda asumir más cargas mientras aligera razonablemente el de los demás, y permite invertir el resto del tiempo en otro tipo de trabajos.

Otra idea es la necesidad de no correr: si trabajamos varias líneas diferentes de estudio (maneras distintas de mover el cuerpo asentadas en conceptos distintos) es normal que se tarde más en alcanzar el mismo nivel de dominio que en escuelas que sólo trabajan una línea. Como además trabajamos con armas y el programa no es precisamente pequeño, el tiempo se alarga. Esto hay que explicárselo al alumno: no puedes "subir" a la misma velocidad porque estás haciendo el triple de trabajo. Claro que unos trabajos apoyan otros y se retroalimentan, preparando una trayectoria de recorrido más largo, pero sobre todo al principio hay que reconocer que el volumen constituye un freno importante.

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