Presentación

Bienvenidos. Este blog pretende ser un pequeño cuaderno donde recoger las reflexiones a las que me conducen mis experiencias en clase y mis investigaciones personales, tanto dentro como fuera de los tatamis.

¿Qué tatamis? Pues soy profesor de Karate, Kobudo y Aikido, de manera que será por aquí por donde empecemos. Pero lo que no puedo decir es dónde terminaremos, ya que cuando se tira de un pequeño hilo al final uno puede encontrarse con una manta enorme.

¿Qué pretendo con el blog? Simplemente formular ideas, ordenarlas y, ya que estamos, compartirlas. Si a alguien le sirven (además de a mí), genial.

Adelante, y espero que lo disfrutéis.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Conocimiento, teoría, práctica, transferencia e interferencias

Hoy quiero dejaros un enlace sobre cómo la comprensión no implica habilidad, y la adquisición de habilidades nuevas puede interferir en las que ya teníamos.

Es algo que nos encontramos frecuentemente en clase: cómo un alumno nuevo "pilla" un trabajo nuevo mejor que los veteranos, o cómo el haber aprendido un gesto nuevo, que a la larga nos será de gran ayuda, en un primer momento tiene el efecto de hacernos perder una habilidad que ya teníamos.

Es por esto que, aunque en principio parezca que se tarda más en aprender, soy partidario de enseñar gestos y conceptos fácilmente transferibles desde un primer momento, y no dejar que el cuerpo se "vicie" con un trabajo concreto.

Un ejemplo: tomamos el nunchaku y trabajamos un furi nuevo. Al principio, somos "ambitorpes", es decir, no sabemos hacerlo, da igual con qué mano lo intentemos. Pues bien, tomamos el bokken, o el jo, o un bastón corto, y trazamos el mismo furi. Conseguimos así lo que vamos a buscar con el nunchaku: un movimiento limpio en que el arma no quiebra la trayectoria. Luego, buscamos reproducirlo de nuevo con el nunchaku, aprovechando la inercia del arma... Y lo hacemos por ambos lados, ya que aprenderlo por el lado "bueno" para reproducirlo luego con el "malo" no funciona: sólo conseguimos potenciar nuestro lado hábil relegando aún más el otro.

Y es que la sensación de que algo "sale" es agradable, y hace que nos resistamos inconscientemente a trabajar el gesto que no "nos sale" por el lado malo, ya que sólo tenemos que cambiar de lado para conseguir el "caramelo".

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