A veces los términos relacionados con las Artes Marciales llevan a cierta confusión. Es el caso de la propia palabra "arte", que induce a algunos a pensar en el trabajo marcial como en la escultura, la pintura, la música, la danza... Es decir, lo equiparan a las "Bellas Artes". No es una mala comparación, siempre que tengamos en cuenta que tales artes (cualquiera) no son sino oficios. Es decir, "artes mecánicas", que se decía antes. Y que, como tales, es la práctica la que lleva a la maestría. Por supuesto, hay principios que descubrir a través del trabajo, y que si nos los cuentan, el aprendizaje será más rápido y seguro. Pero la base es el trabajo.
No vale sólo practicar: hay que poner en la práctica todos los sentidos, y la cabeza tiene que jugar con la información necesaria. Esto es "estudiar" el Arte. Pero no es suficiente, ya que es la repetición, una repetición inteligente y constante, la que permite alcanzar la destreza necesaria para alcanzar el siguiente nivel, donde el estudio deberá volver a guiar la práctica.
Así, estudio y práctica deben ir de la mano. Como escribiera Kenwa Mabuni, fundador de la escuela de Karate Shito-ryu...
Para
mejorar en cualquier aspecto es necesario profundizar e investigar en
él. De manera especial, en el Karate hay que recordar esto cada día.
Pues
aunque se conozcan y practiquen muchas técnicas, si no se repiten
hasta realmente asumirlas, siempre nos faltarán en el momento
preciso en que las necesitemos. Por el contrario, aunque practiquemos
seria y continuamente cada día, si no investigamos en cada técnica
no podremos acceder a su dominio.
(Kenwa Mabuni, Karate-Do Nyumon)
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