Presentación

Bienvenidos. Este blog pretende ser un pequeño cuaderno donde recoger las reflexiones a las que me conducen mis experiencias en clase y mis investigaciones personales, tanto dentro como fuera de los tatamis.

¿Qué tatamis? Pues soy profesor de Karate, Kobudo y Aikido, de manera que será por aquí por donde empecemos. Pero lo que no puedo decir es dónde terminaremos, ya que cuando se tira de un pequeño hilo al final uno puede encontrarse con una manta enorme.

¿Qué pretendo con el blog? Simplemente formular ideas, ordenarlas y, ya que estamos, compartirlas. Si a alguien le sirven (además de a mí), genial.

Adelante, y espero que lo disfrutéis.

lunes, 6 de octubre de 2014

El valor de lo apropiado

En Los Siete Samuráis, cuando se prepara el poblado para recibir la acometida de los bandidos en la batalla final, el viejo general al mando de los samuráis indica que "toda fortaleza debe tener un punto débil". La estrategia consiste en dejar deliberadamente una brecha sobre la que se vuelcan los ataques, y que es precisamente el punto sobre el que se centra la defensa.

El estudio de las técnicas en clase se rige por el mismo principio: el ataque se lanza a un lugar concreto y con una trayectoria concreta, en función de la técnica propuesta. Entonces, si la técnica es apropiada, sale con naturalidad y sencillez. Para que esto ocurra, la apertura debe ser la apropiada, de manera que el ataque tenga sentido. Y el desarrollo de la técnica debe ser lo suficientemente continuo y fluido para que el atacante no tenga margen de respuesta. Ojo, he dicho continuo y fluido, y no rápido, ya que una técnica velozmente ejecutada pero con parones sigue dejando márgenes de reacción durante el trabajo.

Habrá quien piense: "Hombre, es que si te ataco exactamente como quieres, la técnica es muy fácil". Pues sí... y no. Realizar una técnica correctamente en tiempo y espacio, ya es bastante difícil sin necesidad de "añadidos". Especialmente cuando la intensidad del trabajo es alta. Y digo intensidad, no necesariamente velocidad o fuerza. Además, parafraseando a mi "profe" de Aikido, "¿Quién es el tarado que inventa un Arte Marcial para que le maten a los alumnos?". Las técnicas (y las estrategias) deben ser de fácil ejecución, ya que una situación de combate no admite complicaciones innecesarias. El fundador de Shito-Ryu, Mabuni Kenwa, decía algo similar respecto del empleo de las patadas altas... Lo que hace que la técnica sea "fácil", o que lo parezca, es que es apropiada, es decir, que encaja de manera natural con el movimiento del ataque.

Entonces, ¿y si no te ataco como quieres, ya no te sale?. Pues si el ataque no es aquél en el que la técnica encaja, habrá que resolverlo de otra manera. ¿O se resuelve un puzzle a martillazos? Recordemos que una técnica (o una estrategia) es una herramienta para resolver un problema. Si utilizamos la herramienta adecuada, el problema será fácil de resolver; si utilizamos una herramienta menos adecuada, el problema será más complicado... Y si tratamos de talar un árbol con una cuchara, o de tomar sopa con un hacha, el problema puede ser irresoluble. Como los problemas pueden ser muy diversos, se estudian técnicas diferentes, para cubrir cuantas más posibilidades mejor.

Para terminar, es importante un matiz: el estudio de la técnica es diferente del estudio de cómo adecuarse a un ataque, y cada uno ocupa su lugar en la clase. En el estudio de la técnica, el ataque debe responder a los parámetros adecuados para que la técnica encaje  bien (se aprende por sensaciones); en el estudio de la adaptación a un trabajo "libre", las sensaciones mandan para seleccionar la técnica apropiada (que no tiene por qué ser la que teníamos en mente antes de que el compañero lanzase su ataque).

Y, como conclusión, recordemos siempre que en clase lo importante es el Arte Marcial (es decir, resolver la situación) por encima de la técnica propuesta.

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