Presentación

Bienvenidos. Este blog pretende ser un pequeño cuaderno donde recoger las reflexiones a las que me conducen mis experiencias en clase y mis investigaciones personales, tanto dentro como fuera de los tatamis.

¿Qué tatamis? Pues soy profesor de Karate, Kobudo y Aikido, de manera que será por aquí por donde empecemos. Pero lo que no puedo decir es dónde terminaremos, ya que cuando se tira de un pequeño hilo al final uno puede encontrarse con una manta enorme.

¿Qué pretendo con el blog? Simplemente formular ideas, ordenarlas y, ya que estamos, compartirlas. Si a alguien le sirven (además de a mí), genial.

Adelante, y espero que lo disfrutéis.

martes, 28 de octubre de 2014

Vaciar el vaso

Es recurrente el comentario de que "es muy fácil enseñar al que ya sabe; lo difícil es formar a alguien desde cero". Pues bien, estoy de acuerdo, pero con matices. Formar a alguien de cero es duro (más o menos dependiendo de las aptitudes y la actitud del alumno y de la prisa del profesor), pero lo formas en función de los conceptos que estimas importantes, de manera que adopta un "lenguaje" y unas "maneras" que posibilitan toda la progresión posterior.

Indudablemente, a alguien que viene ya educado se le suponen ciertas ventajas: una formación física y técnica, una disciplina y el desarrollo de unas habilidades y un "lenguaje" que deberían facilitar las cosas. Es fácil seguir construyendo sobre unos buenos cimientos. Pero estas ayudas se pueden convertir en lastres (y de hecho, muchas veces lo hacen) si no tenemos cuidado para no hacer directamente lo que ya sabemos en vez de lo que nos han propuesto, o para que las prisas no nos hagan perdernos los matices que enriquecen el trabajo. Así, alguien formado tendrá que aprender a "vaciar el vaso" (apartar por un momento lo que sabe para dejar espacio a lo nuevo), y el instructor deberá poner especial cuidado en buscar las relaciones con lo que el alumno conoce, las diferencias con lo que se propone... Y en no descartar un trabajo diferente pero válido ("no está mal, pero no es lo que estamos trabajando"), ya que las cosas generalmente no deberían sustituirse, sino sumarse. Salvo errores manifiestos que sí deben erradicarse, es el tiempo el que debe actuar como decantador.

El acto de "vaciarse" se practica en la meditación al principio de la clase (uno aprovecha la quietud para respirar, centrarse en lo que va a hacer, y dejar problemas, preocupaciones y prejuicios aparcados con las zapatillas). O también se puede trabajar desde el vestuario. A fin de cuentas, el hecho de vestirse de una manera especial, que lleva cierto "ritual", guarda relación con otros "ritos de paso", como ponerse la armadura, o el traje de luces... Y esto nos ayuda a adoptar una serie de actitudes acordes con el nuevo rol que vamos a desempeñar... Pero este aspecto me preocupa menos en esta ocasión. Lo importante es que ayuda a afrontar el aprendizaje con una mente abierta, limpia y despejada, que es como mejor se puede aprender.

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